La
verdad sobre la comida basura
Los
procesos que sufren los alimentos antes de su consumo no son nada
saludables
Los
hábitos de vida acelerados de la población actual, impiden hacer
una cocina clásica de toda la vida, por lo que en numerosas
ocasiones se acude al menú rápido: la comida pre-cocinada o los
restaurantes de comida rápida. Pero lo que la mayoría pasa
por alto
es que
su abuso es perjudicial para la salud. Todos los alimentos llevan
conservantes y/o acidulantes que hacen que éstos se mantengan con
mejor aspecto por un tiempo mayor y potencien su sabor.
Hoy
en día se cree que lo que nos llevamos a la boca viene directamente
de la huerta o la cazuela al envase ya listo para el consumidor,
abrir y servir. Pero lo que en realidad no sabemos es que todos los
alimentos pasan por un proceso mayor o menor que hace que éstos se
conserven más tiempo, sean de color más llamativo o tengan un
aspecto visual más atractivo.
Estos
procesos hacen que los alimentos pierdan algunos
de
sus nutrientes, convirtiéndolos a
veces
en productos perjudiciales para la salud. No obstante, también puede
haber elementos nocivos en éstos de forma natural, no solo debido a
su manipulación. Algunas de las sustancias más comunes presentes en
la comida son los ácidos grasos saturados, los más nocivos para las
personas.
Por
lo general, los aditivos se incluyen para frenar el deterioro, evitar
que las frutas se oscurezcan y sobre todo, fortificar o enriquecer
los alimentos con vitaminas y minerales sintéticos para reemplazar a
los naturales que han sido perdidos durante el proceso. Cuando se
procesan los alimentos, no sólo se pierden valiosos nutrientes y se
eliminan las fibras, sino que las texturas y los sabores también se
pierden, por lo que después del procesamiento lo que queda es un
soso y poco interesante producto que la gente no quiere comer. Debido
a ésto, los fabricantes deben añadir de nuevo nutrientes, sabor,
color y textura a los alimentos procesados con el fin de hacerlos
apetecibles, es así como se vuelven cargados de aditivos.
Un
reciente estudio realizado a las famosas patatas fritas de Mc
Donalds, uno de los restaurantes de comida rápida más famosos del
mundo, publica una reveladora lista con los componentes de sus
productos. Éstas incluyen en su receta algo más que aceite, patatas
y sal; “llevan
dextrosa, un tipo de azúcar; ácido sodio pirofosfato (para mantener
el color de las patatas); ácido cítrico (como conservante) o
dimetilpolisiloxano (un derivado de la silicona que sirve de
antiespumante). Pero no sólo eso: llevan además una combinación
muy variada de aceites: aceites de canola (a partir de semillas de
Colza modificadas genéticamente), de maíz, de cártamo o de soja
hidrogenada con terc-butil-hidroquinona (TBHQ), además del ácido
cítrico y el dimetilpolisiloxano”.
Cabe
destacar, que el TBHQ ha sido relacionado con enfermedades como el
asma, trastornos cutáneos, hormonales y en estudios realizados a
animales, con ciertos tipos de cáncer y cambios en el ADN a largo
plazo.
Esta
cadena de restaurantes de comida rápida ha habilitado en su página
web un apartado en el que uno puede saber cuántas calorías ingiere
con su Mc menú, su desayuno o su postre. Solo basta con elegir los
productos que uno consume e ir haciéndose su propio menú virtual.
Esto ha sido puesto en marcha debido a la abundancia de casos de
obesidad en nuestro país. Según un estudio dirigido por el médico
Javier Martín, del hospital madrileño Severo Ochoa, ésta
enfermedad se cobra más de 25.000 muertes al año, el 15% del total
de muertes en España.
Más
del 26% de la población infantil española sufre obesidad, esto
provoca en numerosas ocasiones derrames cerebrales, infartos,
diabetes y varios tipos de cáncer asociados al sobrepeso, como el
del hígado, el de colon y el de mama.
Son
numerosos los estudios e investigaciones que se han hecho para
demostrar que la comida basura es veneno para nuestro cuerpo. En
2004, el cineasta americano Morgan Spurlock, hizo un documental en el
que se auto-retó a comer durante un mes, cinco veces al día, en la
cadena de restaurantes más famosa del mundo, Mc Donalds.
Morgan engordó en ese mes 11 kilos, tuvo hipertensión, daño
hepático, disfunción sexual y se le disparó el colesterol. En
marzo de 2014, el americano volvió a hacer este reto, pero esta vez
acompañado con ejercicio físico de alta intensidad. Los resultados
fueron asombrosos, engordó solo cuatro kilos y medio, no sufrió
daño hepático y lo más sorprendente, mejoraron sus niveles de
colesterol. Este reto demuestra una vez más los beneficios del
deporte.
Así
mismo, no
debemos creer que las calorías
y los ingredientes dañinos
se encuentran tan solo en la comida, la bebida también es
importante. Los famosos refrescos Coca-Cola y Pepsi-Cola contienen
químicos y aditivos que producen enfermedades como el cáncer. El
color marrón artificial de estas bebidas se hace por la reacción
del azúcar de maíz con amoniaco y sulfitos bajo altas presiones y a
altas temperaturas. Esto produce los elementos químicos
2-metilimidazol y 4-metilimidazol presentes en estos refrescos de
cola. Estas marcas anunciaron hace varios años que reformularían su
colorante para evitar la adición de una etiqueta en sus productos
que advirtiera que éstos poseen posibles ingredientes que causan
ésta enfermedad, ya que en 1986 se aprobó en California una
iniciativa de ley que advirtiera a los consumidores de éstos
químicos.
Una
de las razones principales por las que las bebidas gaseosas son tan
peligrosas para la salud es la fructosa, una forma de azúcar. Ésta,
se metaboliza de manera diferente que la glucosa y la mayoría se
convierte directamente en grasa, conduce rápidamente al aumento de
peso, disminuye el HDL, aumenta el LDL, igualmente
aumentan
considerablemente los triglicéridos, hace que se disparen los
niveles de azúcar en sangre, lo que desencadena una alta presión
arterial. Además, esta sustancia conduce a un síndrome hedonista
opioide mediano, lo que provoca un deseo insaciable de consumir este
producto.
Para
ver los hábitos de consumo de los jóvenes de hoy en día, se
realizó una pequeña encuesta extra-oficial a 20 jóvenes de entre
19 y 23 años en la provincia de Bizkaia. Los resultados fueron los
esperados, la mayoría de los jóvenes consumen al menos una vez a la
semana en restaurantes de comida rápida como Mc Donalds o Telepizza
y al menos dos veces a la semana productos pre-cocinados, como las
sopas de sobre.
Sin embargo, éstos hábitos de vida poco saludables se
contrarrestaron con la práctica de deporte alrededor de tres veces a
la semana.
Queda
demostrado una vez más que el deporte es muy
beneficioso para
la salud, haciendo que los malos hábitos de vida y de consumo sean
menos perjudiciales, dejando al sedentarismo unido a la comida basura
en el escalón más bajo de los hábitos de salud.
Patricia.
Palabras
clave → Comida basura, comida rápida, deporte, sedentarismo,
restaurante, salud.
Sumario
1 → “Los hábitos de vida acelerados de la población actual
impiden hacer una cocina clásica de toda la vida”
Sumario
2 → “Los aditivos se incluyen para frenar el deterioro”
Sumario
3 → “Más del 26% de la población infantil española sufre
obesidad”
Sumario
4 → “El sedentarismo unido a la comida basura, quedan en el
escalón más bajo de los hábitos de salud
MAKING
OFF:
Decidí
hacer un reportaje sobre la comida basura debido al gran abuso que
hacemos hoy en día de estos productos y lo nocivos que son para
nuestra salud.
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