lunes, 23 de junio de 2014


La verdad sobre la comida basura

Los procesos que sufren los alimentos antes de su consumo no son nada saludables

Los hábitos de vida acelerados de la población actual, impiden hacer una cocina clásica de toda la vida, por lo que en numerosas ocasiones se acude al menú rápido: la comida pre-cocinada o los restaurantes de comida rápida. Pero lo que la mayoría pasa por alto es que su abuso es perjudicial para la salud. Todos los alimentos llevan conservantes y/o acidulantes que hacen que éstos se mantengan con mejor aspecto por un tiempo mayor y potencien su sabor.

Hoy en día se cree que lo que nos llevamos a la boca viene directamente de la huerta o la cazuela al envase ya listo para el consumidor, abrir y servir. Pero lo que en realidad no sabemos es que todos los alimentos pasan por un proceso mayor o menor que hace que éstos se conserven más tiempo, sean de color más llamativo o tengan un aspecto visual más atractivo.

Estos procesos hacen que los alimentos pierdan algunos de sus nutrientes, convirtiéndolos a veces en productos perjudiciales para la salud. No obstante, también puede haber elementos nocivos en éstos de forma natural, no solo debido a su manipulación. Algunas de las sustancias más comunes presentes en la comida son los ácidos grasos saturados, los más nocivos para las personas.
Por lo general, los aditivos se incluyen para frenar el deterioro, evitar que las frutas se oscurezcan y sobre todo, fortificar o enriquecer los alimentos con vitaminas y minerales sintéticos para reemplazar a los naturales que han sido perdidos durante el proceso. Cuando se procesan los alimentos, no sólo se pierden valiosos nutrientes y se eliminan las fibras, sino que las texturas y los sabores también se pierden, por lo que después del procesamiento lo que queda es un soso y poco interesante producto que la gente no quiere comer. Debido a ésto, los fabricantes deben añadir de nuevo nutrientes, sabor, color y textura a los alimentos procesados con el fin de hacerlos apetecibles, es así como se vuelven cargados de aditivos.

Un reciente estudio realizado a las famosas patatas fritas de Mc Donalds, uno de los restaurantes de comida rápida más famosos del mundo, publica una reveladora lista con los componentes de sus productos. Éstas incluyen en su receta algo más que aceite, patatas y sal; “llevan dextrosa, un tipo de azúcar; ácido sodio pirofosfato (para mantener el color de las patatas); ácido cítrico (como conservante) o dimetilpolisiloxano (un derivado de la silicona que sirve de antiespumante). Pero no sólo eso: llevan además una combinación muy variada de aceites: aceites de canola (a partir de semillas de Colza modificadas genéticamente), de maíz, de cártamo o de soja hidrogenada con terc-butil-hidroquinona (TBHQ), además del ácido cítrico y el dimetilpolisiloxano”.
Cabe destacar, que el TBHQ ha sido relacionado con enfermedades como el asma, trastornos cutáneos, hormonales y en estudios realizados a animales, con ciertos tipos de cáncer y cambios en el ADN a largo plazo.

Esta cadena de restaurantes de comida rápida ha habilitado en su página web un apartado en el que uno puede saber cuántas calorías ingiere con su Mc menú, su desayuno o su postre. Solo basta con elegir los productos que uno consume e ir haciéndose su propio menú virtual. Esto ha sido puesto en marcha debido a la abundancia de casos de obesidad en nuestro país. Según un estudio dirigido por el médico Javier Martín, del hospital madrileño Severo Ochoa, ésta enfermedad se cobra más de 25.000 muertes al año, el 15% del total de muertes en España.

Más del 26% de la población infantil española sufre obesidad, esto provoca en numerosas ocasiones derrames cerebrales, infartos, diabetes y varios tipos de cáncer asociados al sobrepeso, como el del hígado, el de colon y el de mama.

Son numerosos los estudios e investigaciones que se han hecho para demostrar que la comida basura es veneno para nuestro cuerpo. En 2004, el cineasta americano Morgan Spurlock, hizo un documental en el que se auto-retó a comer durante un mes, cinco veces al día, en la cadena de restaurantes más famosa del mundo, Mc Donalds. Morgan engordó en ese mes 11 kilos, tuvo hipertensión, daño hepático, disfunción sexual y se le disparó el colesterol. En marzo de 2014, el americano volvió a hacer este reto, pero esta vez acompañado con ejercicio físico de alta intensidad. Los resultados fueron asombrosos, engordó solo cuatro kilos y medio, no sufrió daño hepático y lo más sorprendente, mejoraron sus niveles de colesterol. Este reto demuestra una vez más los beneficios del deporte.

Así mismo, no debemos creer que las calorías y los ingredientes dañinos se encuentran tan solo en la comida, la bebida también es importante. Los famosos refrescos Coca-Cola y Pepsi-Cola contienen químicos y aditivos que producen enfermedades como el cáncer. El color marrón artificial de estas bebidas se hace por la reacción del azúcar de maíz con amoniaco y sulfitos bajo altas presiones y a altas temperaturas. Esto produce los elementos químicos 2-metilimidazol y 4-metilimidazol presentes en estos refrescos de cola. Estas marcas anunciaron hace varios años que reformularían su colorante para evitar la adición de una etiqueta en sus productos que advirtiera que éstos poseen posibles ingredientes que causan ésta enfermedad, ya que en 1986 se aprobó en California una iniciativa de ley que advirtiera a los consumidores de éstos químicos.

Una de las razones principales por las que las bebidas gaseosas son tan peligrosas para la salud es la fructosa, una forma de azúcar. Ésta, se metaboliza de manera diferente que la glucosa y la mayoría se convierte directamente en grasa, conduce rápidamente al aumento de peso, disminuye el HDL, aumenta el LDL, igualmente aumentan considerablemente los triglicéridos, hace que se disparen los niveles de azúcar en sangre, lo que desencadena una alta presión arterial. Además, esta sustancia conduce a un síndrome hedonista opioide mediano, lo que provoca un deseo insaciable de consumir este producto.

Para ver los hábitos de consumo de los jóvenes de hoy en día, se realizó una pequeña encuesta extra-oficial a 20 jóvenes de entre 19 y 23 años en la provincia de Bizkaia. Los resultados fueron los esperados, la mayoría de los jóvenes consumen al menos una vez a la semana en restaurantes de comida rápida como Mc Donalds o Telepizza y al menos dos veces a la semana productos pre-cocinados, como las sopas de sobre. Sin embargo, éstos hábitos de vida poco saludables se contrarrestaron con la práctica de deporte alrededor de tres veces a la semana.

Queda demostrado una vez más que el deporte es muy beneficioso para la salud, haciendo que los malos hábitos de vida y de consumo sean menos perjudiciales, dejando al sedentarismo unido a la comida basura en el escalón más bajo de los hábitos de salud.


Patricia.

Palabras clave → Comida basura, comida rápida, deporte, sedentarismo, restaurante, salud.

Sumario 1 → “Los hábitos de vida acelerados de la población actual impiden hacer una cocina clásica de toda la vida”
Sumario 2 → “Los aditivos se incluyen para frenar el deterioro”
Sumario 3 → “Más del 26% de la población infantil española sufre obesidad”
Sumario 4 → “El sedentarismo unido a la comida basura, quedan en el escalón más bajo de los hábitos de salud

MAKING OFF:
Decidí hacer un reportaje sobre la comida basura debido al gran abuso que hacemos hoy en día de estos productos y lo nocivos que son para nuestra salud.

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